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Crecí en una familia muy humilde y trabajadora, donde el trabajo siempre fue prioridad, incluso por encima del tiempo en familia. Esa dinámica no ha cambiado mucho con los años. Mi hermana y yo crecimos en un entorno sin muchas oportunidades de desarrollo, pasábamos los días entre videojuegos y televisión, sin mucha interacción con el mundo exterior.
Cuando finalmente salimos de esa burbuja, nos encontramos con una realidad difícil y muy distinta a lo que conocíamos. Decidimos crecer, y con eso vino el verdadero reto: cada día se volvía más complejo, más desafiante. De ahí nació una de las ideas que más me ha marcado: cuando eliges crecer, todo se complica.
Como en los videojuegos, cuanto más avanzas, más fuertes son los enemigos. Pero también, más valioso es lo que encuentras al final de cada nivel. Por eso sigo, por eso lucho: porque crecer vale la pena, aunque duela.
